Mensaje de MiraSol, desde el otro lado del Arco Iris

22-01-2014

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Hola! Buenas!

Espero que me oigáis bien, que llegue bien mi mensaje. El motivo de mis dudas es porque os escribo desde un lugar muy lejano, a la vez que bello, y tranquilo: Os hablo desde el otro lado del Arco Iris. Mi alma es la de una gatita muy guapa, jovencísima (sobre los 3 meses) y muy buena... Buena como pocos! Fui bautizada con el nombre MIRASOL. Junto con mi nuevo nombre, recibí además, todo el amor y el cariño que hasta entonces no había recibido. Voy a contaros la historia del mes más feliz de mi corta vida, del mes en que fui amada.

Mientras en la ciudad de Barcelona el año viejo abandonaba los calendarios y las vidas de la gente, yo estaba siendo abandonada a mi suerte. Conocí lo que es el miedo, el frío, el desamparo... Y me refugié, huyendo de todas esas cosas, en un jardín. 

Sería la suerte del nuevo año recién empezado, serían cosas del destino, sería lo que fuese, pero tuve la suerte de haber elegido bien mi refugio: Ése jardín era de una chica muy animalista, amiga de las compañeras de Barcelona Gat i Gos. Cuando me halló, en la primera mañana del nuevo año, al salir el sol que recién lo estrenaba, llamó a los compañeros de BGG, que no dudaron en acogerme. Conseguí así el honor de ser la primera gatita rescatada por Barcelona Gat i Gos en el 2014.

Me acogieron en una casa, cómoda y cálida, dónde me encontraba muy a gusto. De vez en cuando venía gente a verme, con la idea de conocerme, y ver si podía ser parte de su familia. Una de ésas familias que me conoció, quedó encantada de mi, y decidió que yo sería la nueva miembro de su familia. Qué contenta me puse! Por fin una familia de verdad, que me quisiera para siempre, donde crecería y envejecería a su lado, quien me cuidaría como me merecía, con quien jugar, con quien pasar ratos de relax y mucha alegría. 

Pero a veces, el destino es caprichoso, y a la vez que preparaba las maletas para irme a mi nuevo hogar, me empecé a poner muy malita: notaba que a pesar de respirar, el aire no me llegaba a mis pequeños pulmones. Me ahogaba. Se lo hice saber enseguida a mi mamá de acogida, ella no lo dudó y enseguida me llevó al señor de bata blanca llamado "veterinario". Me pusieron oxígeno, para que el aire me llegara a los pulmoncitos. También me pusieron una vía de suero, para que no me deshidratara. 

Estuve ingresada 15 días, con mi oxígeno conectado las 24 horas, con gente velando por mí. Mis rescatadores me venían a visitar, y me alegraba verlas. Pero era muy duro estar allí, sin apenas poder respirar. Me costaba comer, con lo que cada vez comía menos, mi cuerpo se fue consumiendo poco a poco. Era tan pequeña, que había poco peso que perder. Y así llegó el día que aunque habia esperanzas de que me recuperara, mi alma voló a un lugar más libre, sin ataduras, dónde no existe el dolor, dónde el miedo y el desamparo son sólo vagos recuerdos... Ni eso, ya son olvidados.

Ahora soy libre. Lamento haber dejado tan lejos a mis queridos adoptantes que preparaban su hogar para mi llegada. Lamento haber dejado tanta pena en los voluntarios que preguntaban por mí a diario. Lamento por mi mamá de acogida que tanto me cuidó y tanto luchó a mi lado. Pero me quedo con todo el amor que recibí en un mes que fue duro, pero precioso, por haberme sabido una gata muy querida.

Ahora, mis amig@s de Barcelona Gat i Gos necesitan vuestra ayuda. Porque aunque por desgracia yo tuve que partir, mi enfermedad les dejó un gasto económico muy fuerte, que ell@s sol@s no pueden asumir. Cualquier pequeña ayuda que les podáis entregar será bienvenida, ya que muchas pequeñas ayudas, acaban sumando mucha ayuda.  Lo podéis ingresar en su cuenta de LA CAIXA 2100-3200-94-2201329030

Muchas gracias en su nombre. Pero, sobre todo, muchas gracias, en mi nombre.