Amelie, junto a Bilbo, empezó sus días en su nueva casa debajo del sofá, escondida y observando lo que había y sucedía a su alrededor y esperando a que nosotros nos fuéramos o esperando a que nos durmiéramos. Solo en ese momento salía para comer, ir al arenero y pasearse por toda la casa.
Pero estos últimos días, gracias al juego, Amelie y Bilbo se han animado a salir de su escondite y pasearse por casa en nuestra presencia. Pero lo de acariciarlos y mimarlos aun queda muy lejos, seguiremos con paciencia.
