Cómo sobrevivir a una reubicación de colonias: una historia del ama de llaves

Hola,

Soy el ama de llaves (apodo que me puso la tía de la bici para no dejar éstas nunca en su sitio) en el mundo me llaman Luisa y soy voluntaria de Barcelona Gat i Gos. Llevo un tiempo echando una mano a las colonias. El área donde me muevo es el Port de Barcelona. Organismo bajo mi punto de vista que está realizando una gestión 10 en el cuidado de las colonias felinas.

Si gateros, es posible trabajar con organismos y empresas cuando existe voluntad de hacer las cosas bien. Y los más beneficiados de todo esto y por los que trabajamos son los gatitos.

Así que un gracias enorme de mi parte a todas estas personas que forman parte de esto, los compis que han estado, los que están ahí, y las personas que desde su trabajo no han cerrado los ojos a la realidad, que es que los gatos están en el territorio y forman parte del lugar donde viven los gatos y trabajan ellos.

Bien, después de ese momento ramplón y cargado de esperanza vamos a lo interesante, que espero que le sirva de ayuda.

Desde la gestión del territorio del Port nos notificaron con tiempo (algo muy importante) que se iban a hacer obras en 3 zonas en las que teníamos colonias. Rotonda, Can Manolo y Can Prat. Lo primero que se buscó fue el lugar más adecuado para ellos, siempre teniendo en cuenta que fuese el más adecuado para los gatitos y otros seres vivos de la zona. Después de varias opciones se decidió una zona y empezaron los compis y el Puerto el trabajo. Se miraron estudios de cómo realizar reubicaciones y finalmente empezamos.

Se habilitaron unas casitas como las que se utilizan para las construcciones para realizar la reubicación (ahora complementadas con un magnífico gatio dado por unas personas muy especiales).

Los gatos deben estar 4 semanas en el mismo sitio para que su «instinto GPS» les indique que éste es su nuevo hogar. Las compis se documentaron bien de cómo hacerlo.

Las compis de rescates empezaron a coger a los gatitos con jaulas trampa ya ponerlos en estas casitas. Hicieron un gran trabajo de muchas horas. Y algunos fueron duros.

Y empezó la reubicación.

Os voy a hablar más detalladamente de esta parte, ya que aquí fue cuando empecé a involucrarme.

Como sabe los cambios provocan bastante estrés a los gatos y uno de este tipo es muy grande.

Una de las claves fue ponerles cuevas de cajas de cartón para que pudieran tener refugio. Comida, agua y arenal y un rascador.

Los primeros días no comían mucho por el estrés pero poco a poco iban haciendo vida normal.

Y llega el día de la liberación, que 4 semanas pasan volando. Abrimos las casitas y nos marchamos.

Al principio no ves a ninguna. La sensación es muy dura, pero ves que la comida sigue bajando y el arenal de dentro se sigue utilizando. ¡Has hecho un acto de fe, fuerza y esperanza a tope! Y te repites que mejor aquí que en un lugar en el que se mueve tierra, máquinas y otras cosas, es por su seguridad.

Sobre el arenero no recomiendo sacarlo en el momento de abrir la casita porque el olor también les sirve de referencia. Y llega un día en que está más o menos limpio y es cuando sabes que es el momento de retirarlo.

Sigo, primeros días no los ves cuando llegas, tienes un nudo, pero continuas poniendo comida húmeda en las inmediaciones. Es nuestro método de tener el control visual sobre su salud. Empiezas a mover poco a poco los puntos de alimentación desde el refugio hasta donde quieres que quede finalmente, aunque en verdad ellos te los van marcando, mueves el punto, ves que no tiene éxito, cambias y tiene éxito y así en lo sucesivo. De repente llegas a un día y te aparece el primero ya en la zona. El corazón te da la vuelta. Y te alegras. Hay otras que tardan semanas y otras que sólo ves de paso de vez en cuando.

Tienes que darles tiempo de adaptación. Algunos deciden moverse a zonas que tú no esperas, pero son espíritus libres y siempre ellos deciden.

Algunas cosas que hemos hecho son un poco extrañas, pero se las comparto por si algún día tienes que vivir esta experiencia y les sirven, no son verdades absolutas, sólo fruto de mi experiencia.

El momento de la obertura es un momento muy delicado. Y hemos ido probando cosas dentro de las posibilidades del sitio.

Hemos dejado piezas de dentro de las casitas en los alrededores. E incluso alguna prenda del alimentador y no sabemos si ha sido por eso o no, ha tenido éxito;).

Si tiene que volver a utilizar el mismo refugio para reubicar no lo haga de forma inmediata les llega a desorientar bastante. Dejar unas semanas que se adapten al espacio y darles puntos de refugio para que puedan expandirse.

Otra cosa es, si cabe, crear puntos en altura a los que se sientan cómodos. Entre todos los compis fuimos aportando cositas lo que no se le ocurre a uno se le ocurre al otro.

Quizás me haya dejado cosas en el tintero, pero ahora no recuerdo mas y recordaros que esto es lo que yo he vivido en este tipo de experiencia, mi visión. Sólo espero que le sirva de ayuda si en algún momento debe pasar por ese trance tan difícil.

Nosotros sólo lo hemos hecho en caso de extrema necesidad cuando la seguridad de la colonia corre peligro.

Saluditos a todos los humanos y gatitas en especial a los guerreros de las colonias. ¡Os adoro peluditas de calle ya vosotros alimentadores también!

Por Luisa L.

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