Lila quiere dar las gracias

A todos los que se han preocupado por ella y han conseguido devolverla a la vida: a su alimentadora, a los voluntarios, a las personas que, a pesar de no conocerla, hicieron aportaciones económicas para su hospitalización y tratamiento; y la casa de acogida, llena de amor, en la que se ha recuperado y se ha puesto tan bonita que ya parece otra gata. Lila ya no volverá a la calle, y está segura de que pronto encontrará un hogar definitivo donde lo cuidarán y mimarán el resto de su vida. Y quiere enviar este mensaje a los padrinos y donantes: sin su apoyo económico, ella no habría sobrevivido. Es la esperanza de muchos otros gatos, que dependen de su solidaridad y de nuestro trabajo para poder salvarse. El esfuerzo de todos permite grandes alegrías como esta y con su colaboración habrá muchas más. ¡Mil gracias!