Selene, amor a primera vista

Hace alrededor de dos meses que adoptamos en Galia, actualmente se llama Selene.
La llevamos a casa donde ya teníamos un gatito, Artemis, de la misma edad que Selene, y cuando la vio se enamoró, algo que no esperábamos al ser todavía tan joven. El resultado fue que en dos días tuvimos que castrarlo, debido a la gran belleza de Selene.
Será una anécdota a recordar tanto para nosotros como para los del centro de adopción, a los que tuvimos que llamar sólo dos horas después de su adopción.

Al principio nos tenía mucho respeto y sólo jugaba con Artemis, pero con trabajo, cariño, dedicación y paciencia hemos conseguido que se sienta como en casa, cómoda, tranquila y querida.
Aún le cuesta responder a su nombre y no siempre se deja agarrar y acariciar, pero cuando está durmiendo en nuestra cama es la gata más mansa que existe. La acariciamos y ronronea, se revolca, nos muestra la barriga y nos pide más mimos con las patas.
Y, no podemos olvidar, los muchos momentos que ella y Artemis juegan juntos, sobre todo cuando intentamos dormir, cuando empiezan a correr por todo el piso, por encima del sofá, por debajo de la cama o por encima de nosotros. Se quieren mucho y creemos que ya no sabrían estar separados.