La historia de Félix

03-07-2018

Félix vivía con su compañero humano, un señor mayor, y era un gato muy querido y mimado. Lamentablemente el señor falleció, y sus sobrinos, sin ningún respeto hacia el fallecido ni hacia el animal al que había querido tanto, echaron al gato a la calle. Para un gato casero, ése es un escenario peor que la muerte, un lugar hostil donde se ven aterrorizados por mil peligros y no se pueden defender. Al cabo de unos días Félix fue atropellado, el triste destino de muchos gatos abandonados. Quedó malherido, pero él tuvo suerte: una chica lo encontró, se apiadó de él y lo llevó al veterinario. Tenía la mandíbula rota y el paladar partido.

Le operaron y consiguió sobrevivir gracias a ese veterinario, que lo tuvo en acogida en su clínica mientras le alimentaba con una sonda. Incluso en los peores momentos, antes y después de la operación, Félix se tumbaba y le pedía mimos. Es un gato muy bueno, aunque traumatizado por lo que ha vivido. Hace poco, Félix se tuvo que separar de su querido amigo veterinario porque en el sitio donde pasó el accidente los gatos de su edad y con ese historial no logran ser adoptados nunca. Ha llegado a Barcelona con la esperanza de encontrar un hogar donde empezar una nueva vida en paz y dejar atrás su pasado. Estamos convencidos de que lo conseguirá. 

 


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