En busca de un retiro feliz, por Gordi (IV)

06-06-2019

En busca de un retiro feliz, por Gordi (IV)

¡Buenas tardes!
Estuve 4 días en observación en el hospital. Fueron algunos más de los que se pensaron en principio que iba a necesitar, ya que les di algún sustillo de propina: unas pulsaciones aquí y allá fuera de lugar, que luego resultaron no tener importancia. 
Estando en el hospital, descubrí por primera vez lo que es vivir con calma. Por primera vez en mi ya larga vida, descubrí qué es poder dormir a pata suelta, sabiendo que no hay peligros acechando en cada esquina. Y esa sensación me gustó ¡vaya si me gustó! 
Las enfermeras y los médicos me daban muchos mimos (de vez en cuando también me pinchaban y hacían otras cosas que no me gustaban, pero bueno… Era por mi bien, les perdonaré). ¡Hasta vino mi cuidadora a verme! Jo, qué alegría ¡esto es vida! En éste momento que descubrí la buena vida de verdad, es cuando decidí que iba a dejar la vida de gata feral. ¡Llegó el momento de mi jubilación! 
Recibí el alta, me fui a la protectora, y a todo humano que veía le pedía que no me devolviese a mi anterior hogar, me portaba bien, me dejaba coger en brazos, me dejaba hacer todo lo que quisieran hacer, a ver si así lo entendían. Como son personas bastante avispadas, lo pillaron, y aquí estoy, de momento en mi box de recuperación, pero ya saboreando las mieles de la vida de gato doméstico.

Mañana nos vemos de nuevo.